Diosas de sangre y de sol. El culto a la Diosa en Iberia / Hispania

Libro, agenda perpetua y cuaderno de trabajo constante, enDiosas de sangre y de sol encontramos historias, ejercicios, rituales y ceremonias para volver a celebrar a las Diosas que fueron honradas en las tierras de Iberia/Hispania.


Diosas de sangre y de sol. El culto a la Diosa en Iberia / Hispania es el primer trabajo, fruto de sus investigaciones y viajes por la tierra de sus ancestras y ancestros, de Sandra Román en busca de la Diosa.


Ella me ha acompañado y me guía siempre. Como Elena del los Caminos, la he visto con sus largos cabellos como senderos que se bifurcan y serpentean. Como Brígida, Ella ha sido la estrella señalándome el destino. Como Noctiluca, Ella se ha mostrado como una estela luminosa en el mar oscuro de tantos siglos en los que el patriarcado ha querido sumergirla. Pero Ella está aquí hoy, poderosa y sabia, como en el principio de los tiempos. Retorna de Su éxito involuntario y vuelve a vivir a través de todas las mujeres que nos hemos comprometido con la ardua tarea de desenterrar Su memoria y volver a celebrarlo.


Existen antiguos santuarios y sitios de poder dedicados a la Divinidad Femenina a lo largo y ancho de toda la Península Ibérica. En su libro, Sandra nos habla de 12 Diosas distribuida en los 12 mese del año, aunque existen muchas más. Con ellas, exploraremos un universo olvidado que nos aportan información valiosa para la sanación espiritual de hombres y mujeres. En ambos, expresa la autora, los aspectos femeninos de la psique han siso heridos por el patriarcado. El libro incluye, 12 cartas para recortar y usarlas a modo de Oráculo.


Compartiremos la Diosa del mes de Marzo, junto con su historia, rituales y meditaciones:


Marzo

Ilumina con tus rayos

el camino

por el que van mis pasos

Calienta con tu tibieza

mi corazón

para que nunca muera

Revela lo que en las sombras

oculto estaba

Protégeme de mí misma

y hazme brillar,

Madre

en tu Alba…


El equinoccio de Primavera marca un tiempo de equilibrio. Es el momento del año en que tanto el día como la noche son iguales en duración y es el Momento en que la Madre Sol regresa de su letargo.


En Euskal Herria, Ella es conocida como Eguzki, Eguzke, Eki o Eguzkika. Es hija de Ama Lurra (o Amalur) , la Madre Tierra, y hermana de Ilargi, la Diosa de la Luna. Eguzki amandrea badoia bereamanganar, saluda la Sacerdotisa en lso rituales del atardecer, en el que la abuela Sol regresa al útero de su madre, Ama Lurra, para que ésta pueda dar a luz a su hermana Ilargi, la luna.


Llamada también Eguzkiñe, Ekia, Ekiñe, la Diosa Solar es la mayor protectora del pueblo vasco. Según la antigua religión, en el principio de los tiempos reinaba la oscuridad sobre la Tierra, entonces los humanos pidieron ayuda a Mari (Ama Lur o Ama Lurra, la Madre Tierra) para protegerse contra los espíritus malignos que los acechaban en las sombras. Entonces Mari dio a luz a Ilargi, la Luna. Temiendo que la luz platina de Ilargi no resultara suficiente, volvieron a recurrir a Mari, quien entonces creó a su otra hija, Eguzki, el Sol.


Pero sucedía que durante la noche los espíritus “malos” volvían a molestarlos, entonces la Diosa creó a Eguzki Lore o Eguzki Lorea (“flor del sol”), que es la flor del caldo silvestre, la cual los vascos cuelgan en los umbrales de sus casas para protegerlas del mal. Dicen que cualquier hechicero queda paralizado ante la luz de Eguzki, y sus hechizos, neutralizados.


Es tan poderosa, que incluso el símbolo de Mari/Ama Lurra, el “lauburu” es la rueda solar. Similar a la esvástica, fue tomada como un diseño meramente ornamental, sin embargo no resulta poco probable que fuera la Rueda Sagrada en cuyo derredor se realizaban todos los rituales, girando en sentido anti-horario. En los cementerios vascos, se talla esta figura en lugar de las tradicionales cruces católicas. De esta manera, se protege el sueño de los muertos y se asegura su viaje hacia la luz, la morada de la Diosa, a la cual viajan conducidos por la plateada iridiscencia de la Diosa Ilargi.


Se dice también que representa los cuatro territorios vascos al sur de los Pirineos: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. De hecho, aparecen en banderas u otras enseñas y es utilizado también como amuleto o talismán. En la actualidad, puede vérselo con cierta profusión como símbolo de la cultura vasca.


Con la misma intención de convocar la protección de la Diosa Solar, los dólmenes (llamados tambiénsorginetxes o morada de las sorginas, que eran las mujeres de medicina de esta tradición) se construían con la entrada mirando hacia el Este, de tal modo que el Espíritu de la persona allí sepultada, pudiera encontrar rápidamente su camino luminoso hacia la morada final, en los reinos de la Diosa. Esa morada es también Eguzke, pues Ella representa la Vida, la Verdad y el Bien.



Crear un altar para celebrar a Eguzke

Puedes usar telas y velas doradas, amarillas, anaranjadas o de color rojo (o todas ellas juntas!). Coloca una imagen para representar a la Diosa Sol, en el centro del altar y símbolos para los cuatro elementos: fuego en el este (velas); agua en el sur (cáliz o cuenco con miel, cuyo color recuerda a los rayos del sol); tierra en el oeste (puede ser un palto con semillas del girasol) y aire en el norte (incienso mezclado con cáscara de naranja y bayas de enebro). Puedes colocar también piedras de colores cálidos como el granate, la pirita, el ámbar y cualquier otro símbolo que sientas apropiado para esta Diosa brillante y luminosa, como la flor del cardo (eguzki lori) que encarna Sus poderes de protección y además es muy bonito.


Bienvenida a la Madre Sol, en tu Centro de Poder

Arma tu altar para honrara a la Madre Sol, al aire libre, debajo de sus rayos luminosos. Puedes invocarla como Eguzke, Chaxiraxi, Lucina o con el nombre que se más apropiado al lugar donde vives.


Siéntate frente a tu altar y realiza el Ejercicio de Centramiento que se describe en el capítulo dedicado a Tanit, en el mes de Diciembre. Pero agrégale la siguiente variante: en lugar de visualizar la estrella más lejana, te conectarás con el corazón de la Madre Sol. Imagina sus energías luminosas ingresando por tu chakra corona y descendiendo hasta tu Centro de Poder Chamánico, ubicado unos centímetros por debajo de tu ombligo.


Luego visualiza que desde tu ombligo se extienden rayos de luz que van hacia la Madre Sol y regresan trayendo sus energías luminosas desde tu Centro de Poder.


Cuando lo sientas, siempre desde tu Centro de Poder, comenzarás a irradiar esas energías hacia toda tu aura y a tu alrededor, convirtiéndote en un pequeño sol que expande sus bendiciones hacia todo lo que es grande y pequeño en tu vida, a tus seres queridos, a los sitios donde te mueves habitualmente y a quienes lo necesitan.


Una vez que te sientas satisfecha, regresa a la conciencia de tu cuerpo, sin perder el estado de vitalidad, belleza y fuerza que te ha otorgado la energía de la Madre Sol, ingresando a tu vida.


Abre tus brazos y siéntela vibrar en todo tu cuerpo, dándole la bienvenida.






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