Tarot de los Ángeles de Giordano Berti y Arturo Picca

Estas cartas son mensajeras de buenos consejos; es más, nacen propiamente con esta finalidad. En un mundo cada vez más alienado por la lucha por el poder, el amor hacia el dinero y el deseo de aparentar, este Tarot de los Ángeles se propone como un guía que pretende ser una chispa de luz en los momentos más oscuros y un camino en medio del caos.

Es verdad, nos confiesa Giordano Verti en el manual-guía del Tarot de los Ángeles, que cada uno de nosotros tiene a su lado un ángel de la guarda, pero para que su voz se oiga con más fuerza, algunos eruditos en tiempos remotos, escribieron unos libros con diversas máximas útiles para aplicar a la vida diaria. Estos libros se han resumido en las 78 máximas que acompañan este Tarot de los Ángeles.

Los significados de las cartas del Tarot de los Ángeles, ilustrado por Arturo Picca, están inspirados en los Proverbios del rey Salomón y en el Eclesiástico (Libro de Sirácida), y son síntesis de una sabiduría mucho más basta que quien quiera puede profundizar sin dificultad; explica Berti. Además, nos sugiere: “Sacad una carta cada mañana, o bien cada vez que algo os preocupe. Leed su máxima y aplicadla a vosotros, a vuestras esperanzas y deseos. De esta forma aprenderéis a seguir día a día, las sugerencias de vuestra conciencia y haréis que vuestra vida sea más serena.”

Compartiremos el significado de los Arcanos Mayores de este Tarot de los Ángeles de Giordano Berti y Arturo Picca:

I. El Mago. Fortalece tu voluntad, pero no te dejes gobernar por los deseos. Sé benévolo, pero conserva siempre tu racionalidad.

II. La Sacerdotisa. Entre todas las formas de conocimiento, entre tantas actitudes o pensamientos posibles, elije aquello que te lleve a bien del prójimo.

III. La Emperatriz. Haz que tus pensamientos no sean estériles, que tus acciones sean productivas y que tus frutos sean útiles.

IV. El Emperador. Busca el poder, pero sólo a fin de bien; la fuerza, sólo para defenderte, y la estabilidad, sólo para dar seguridad a los débiles.

V. El Papa. Observa los razonamientos contrapuestos. No cedas a la tentación de ponerte de ninguna parte. Tu opinión debe estar por encima de las partes.

VI. Los Enamorados. No te abandones a los deseos, a las ambiciones o a las pasiones. Busca armonía. Elige siempre el camino del amor y la caridad.

VII. El Carro. Haz que sea la voz de tu conciencia angélica la que dirija tus acciones. Sé como el auriga que gobierna sus caballos.

VIII. La Fuerza. No pierdas nunca el control. Incluso cuando tus adversarios sean aguerridos y violentos, usa palabras de paz y cumple acciones relajantes.

IX. El Ermitaño. Cuando dentro de ti, toda luz esté apagada y todo pensamiento sea oscuro, mírate al espejo. Regálate una sonrisa y tu vida se iluminará.

X. La Rueda. Trata de estar siempre listo para recibir los cambios de la realidad e intuir las verdades que se ocultan bajo máscaras volubles.

XI. La Justicia. Esfuérzate por comprender las verdades dobles del Bien y el Mal, de la pasión y la racionalidad. Busca el equilibrio entre contrarios.

XII. El Colgado. Aléjate de lo que es superficial, fuente de deseo o causa de dolor para ti o para los demás. Una luz interior te apoyará.

XIII. La Muerte. Todo tiene un fin. El dolor antes o después sobreviene a todos. Por eso vive con alegría el presente pero escucha a quien sufre y ofrécele tu ayuda.

XIV. La Templanza. El hombre justo se modera a tiempo. Por eso, antes de reaccionar piensa en las consecuencias de tus acciones. Reprime tu instinto. Sé paciente.

XV. El Diablo. A veces el mal se manifiesta con un rostro encantador y repleto de promesas, pero su fealdad no queda nunca oculta del todo.

XVI. La Torre. Cuanto más alto subas, más dolorosa puede ser la caída. Por eso prepara un terreno seguro antes de realizar cualquier esfuerzo.

XVII. La Estrella. En las siete Virtudes se esconde la estrella del destino. Construye día a día tu bienestar adecuándote a ellas.

XVIII. La Luna. No vagues por lugares desiertos si no es para buscarte a ti mismo. No sigas caminos solitarios si no es para buscar la bondad y la verdad.

XIX. El Sol. Palabras dulce regalan serenidad. Miradas persuasivas alegran el corazón. Pero evita las palabras de hipócritas y las miradas de envidiosos.

XX. El Juicio. Toda acción o pensamiento genera algo, aunque debes recordar que sólo el bien genera bien. De la estupidez no nace nada bueno.

XXI. El Mundo. La sabiduría existe, pero ¿quién la posee? No te canses de buscarla, aún sabiendo que sólo podrás obtener una mínima parte de ella.