Como una especie de bautismo o como una zambullida hacia las profundidades humanas, a través del Tarot Abyssal de la fotógrafa Shelly Corbett, nos sumergimos al fascinante mundo que se dibuja debajo de la superficie. Psíquico. Abismal. Intuitivo. Emocionante. Contemplaciones del Inconsciente. La naturaleza humana en su más vasta variedad. Intensos colores y deslumbrante luminosidad nos despiertan a otra visión del mundo. Un mundo en donde el agua –principal e imprescindible– capta la existencia como un estado en constante movimiento. Erotismo y sensualidad. En su mayoría, cuerpos desnudos o semidesnudos despliegan su amor, su atracción, su belleza como Los Amantes (Lovers); su destino, su suerte, sus ciclos como La Rueda de la Fortuna (Wheel of Fortune); sus reflexiones y meditaciones, su aislamiento como El Hermitaño (Hermit); sus misterios, su determinación, su destreza y confianza como El Mago (Magician); su mortalidad, su transformación, su renacimiento como La Muerte (Death)… en fin, nuestras vidas captadas en imágenes llenas de calma y de silencios que invitan a la reflexión, a mirarnos en sus espejos.
El Tarot Abyssal –con 78 imágenes alineadas con la tradición de Rider Waite– es también una herramienta de meditación y contemplación a través de la cual podemos acceder a nuevas formas de crecimiento personal y espiritual. Es una cubierta de arte única porque nos muestra un trabajo inquietantemente bello en donde se recoge una muestra del arte de Corbett durante los últimos 10 años, y como todo lo bello, en una edición limitada con la firma de su creadora.
Sumerjámonos pues al impresionante y místico abismo coberttiano.
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