Arcángel Miguel
Voluntad divina
Yo soy el arcángel del primer rayo.
Yo soy la fuerza divina dirigente azul zafiro.
El que me llama,
está bajo mi protección.
Con la espada de luz
de la clara decisión,
estoy al lado de
todo aquel que me llama
con mis legiones de ángeles,
para liberaros,
conjurar a los oscuros demonios de vuestra alma,
para protegeros,
inducirlos al valor y a la acción,
para guiaros y acompañaros
hacia la luz divina.
El nombre “Miguel” significa “Quién es como Dios”. Se le considera el ángel de la justicia, del valor, de la voluntad, del poder y de la fuerza activa. Según la tradición cristiana se le reconoce como el ángel del rango más alto, como el confidente personal de Dios y como príncipe de los ángeles, y nombre se menciona tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento. Este arcángel no solamente le resulta familiar a la tradición cristiana: tres grandes religiones del mundo, el judaísmo, el cristianismo y el islam, reconocen a este “príncipe de los ángeles” como su protector. Los caldeos (pueblo del periodo cultural mesopotámico) le confirieron incluso un rango semejante al de un dios. Los egipcios lo convirtieron en el santo protector del Nilo. Los celtas lo veneraron durante mucho tiempo antes de la cristianización.
Miguel aporta la espada de la verdad y es el líder de todas las legiones de ángeles. En el apocalipsis de Baruc descubrimos que Miguel es el que guarda la llave del cielo y que nadie puede atravesar las puertas del cielo sin su aprobación. La mayoría de las veces se le representa como una figura apuesta, fuerte y joven, blandiendo su espada en su lucha contra los demonios. Por esta razón se dice que él fue quien aplacó el levantamiento de Satán y quien lo expulsó del reino de los cielos (Revelación 12, 7-9). La fiesta de San Miguel se celebra todos los años en el día 29 de septiembre, y se dice que ese día Miguel suele encontrarse especialmente cerca de la Tierra.
La humanidad estuvo desde el año 600-200 antes de Cristo bajo el dominio de este arcángel y lo vuelve a estar desde el año 1897: Miguel conduce a los hombres de nuevo a los hombres hacia el reino espiritual, y lo hace con la misma energía que la humanidad ha desarrollado en relación con la existencia terrenal. Con todo el poder de la voluntad divina, el arcángel Miguel conjuntamente con su complemento divino, el Ángel de la Fe, Lady Faith, y con las legiones celestiales a su lado, persigue la evolución espiritual para que el hombre vuelva a retomar su unión con este reino. Miguel es la fuerza impulsora del primer rayo azul-zafiro y está al servicio de todos los planes constructivos y de todas las ideas de Dios. Él nos envía la decisión consciente de vivir bajo la voluntad de Dios.
Significado de la Carta
El arcángel Miguel aparece en tu vida para recordarte tu luz, tu valor, tu voluntad y tu fuerza para actuar. Él te dice independientemente del proyecto que quieras comenzar, del momento de tu vida en el que te encuentres que debes realizar tus trabajos con valor, voluntad y con fuerza activa. Déjate amparar y guiar por tu luz. En todo aquello que vayas a comenzar, él te ofrece la espada de las decisiones claras y te ampara con sus alas protectoras. Él es la voluntad divina en activo. Si tú colocas el uno (el principio divino, la voluntad de Dios) delante del cero (tu principio, tu voluntad), obtendrás el 10. Significa que multiplicarás tus fuerzas por diez. Si por el contrario, antepones tu voluntad a la voluntad divina, obtendrás 01; ¡has reducido diez veces tu propia fuerza y has reducido las posibilidades que tienes a tu disposición en una décima parte! El principio divino trabaja desde una esfera más alta que el espíritu humano. ¡Reconoce la fuerza! ¡Llámala! El arcángel Miguel te mueve a luchar por tus derechos.
Su mensaje dice: Preocúpate por tus metas. Déjate guiar por la voluntad divina para alcanzarlas. Confía en el camino que se te abre. La voluntad divina es sabia, te ilumina y está a tu servicio para el bien de todos los implicados.
Ritual: Liberación de las ataduras invisibles
Busca un espacio y consigue disfrutar de un tiempo en el que no vayas a ser molestado. Enciende una vela azul. Respira profundamente la luz de esta vela hasta que sientas tu unión con dicha luz. Imagínate cómo la luz azul te envuelve y te protege. Estate atento a los pensamientos que te vienen en relación con tus obligaciones actuales. ¿Existe una persona con la que estés teniendo dificultades? ¿Hay algún proyecto concreto que pretendas cambiar por fin? ¿Existen cambios que quieras llevar a cabo? Si percibes que existe un pensamiento claro y evidente que comienza a rondar en tu cabeza, llama a tu arcángel o pronuncia una oración en la que pidas a Miguel su apoyo.
Oración
Qureido arcángel Miguel,
Yo te pido que me liberes de todas las ataduras.
¡Fortalece mi fe en lo bueno del hombre
y en la Divina providencia!
¡Protégeme en cualquier circunstancia de mi vida!
Deja que tus ángeles me protejan.
¡Ayúdame a ofrecer mi apoyo a otras personas! ¡Yo te doy gracias!
Afirmación
Sea tu voluntad, no mi voluntad.
Si se corresponde con la voluntad de lo divino,
entonces estoy preparado.
Invocación
¡Arcángel Miguel, ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!
¡Arcángel Miguel, entra en mi vida!
¡Arcángel Miguel, libérame de mi actual situación,
libérame del mal!
Libérame de las energías opresoras.
Libérame de… / Ayúdame en… (añadir alguna petición personal)
Mantenme lejos de las tentaciones, protege mi vida,
y guíame hacia la victoria sobre lo malo que hay en mí
¡Arcángel Miguel, ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!
¡Arcángel Miguel, entra en mi vida!
¡Arcángel Miguel, apóyame!
¡Protege a mis niños! ¡Protege mi casa,
mi patio, todo lo que me pertenece!
Poderoso presente del YO SOY, YO ESTOY aquí
¡Y YO SOY un instrumento para los siete rayos y para los arcángeles!
No voy a retroceder. Me quedaré parado.
No voy a dudar en hablar.
YO SOY un instrumento de la voluntad divina, pase lo que pase.
¡Aquí ESTOY YO, ayúdame luz divina!
En nombre del arcángel Miguel y de sus legiones,
YO ESTOY libre y siempre estaré libre,
y ningún poder ni del exterior ni del interior
me podrá arrebatar la libertad.
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